miércoles, 28 de octubre de 2015

Miradas de amor que valoro tanto!!!

Hace 13 años tuve a Mateito que nació enfermito, solo pude darle de mamar unas horas hasta que se detectó lo que tenía, yo no podía amamantarlo por qué él no tenía fuerzas para hacerlo y tuvo que ser internado. 
Durante los primeros 17 días apenas podía entrar a verlo en aquel hospital sucio y con olor a muerte para mí y aunque trataba de sacarme leche casi no había pues no tenía el estímulo y la angustia y frustración de la circunstancias no me ayudaban en absoluto. 
Cuando regresamos a la casa recuerdo que como él no debía forzarse al succionar por su condición una vecina tenía un recién nacido también así que se lo llevaba para que lo amamante por qué con ella el no debía hacer casi esfuerzo pues de sus pechos rebozaba aquel manantial blanco! 
Yo tenía 18 años y jamás había leído sobre las bondades de la leche materna en cuestión de salud para un bebe, pero yo sentía mucho dolor e impotencia por no tener leche, por él simple hecho de esta mirada de saciedad que dice mil cosas sin decir absolutamente nada! Aunque lo alimentaba por sonda que va directo a la pancita de igual forma yo siempre le daba de mis senos pero casi no había nada, mis pechos estaban prácticamente vacíos, estaban secos. Hoy tengo aún el recuerdo de esa mirada. Él vivió casi 6 meses pero tengo esta imagen sigue viva en mi mente y corazón! Recuerdo esto hoy por qué cuando veo asi a mi niña Amber mirándome así y alimentándose de mi, soy la mujer más dichosa del mundo, pues estos momentos son únicos e inigualables!
El mensaje que quiero dar es que no les importe el tiempo que les lleve, ni el dolor que les dé en los pechos los primeros días, no dejen de intentar, pues hay madres que quisieran con todo su corazón poder dar el seno a sus hijos sin poder hacerlo. Háganlo por ellas, por sus bebés háganlo por sobre todo por ustedes mismas y verán pronto esa primera dificultad como algo muy lejano cuando por fin puedan está así, con la sangre de su sangre mirándote fijamente a los ojos emborrachaba de tanto amor!
Hoy eso es una gran enseñanza para mí, que me gustaría poder compartir con las madres y padres para animarlos a seguir con su lactancia exclusiva o no, para que vivan este momento mágico, para que no escuchen a nadie y hagan lo que su corazón les diga, por qué aparte de dar vida están dando amor!
Y un agradecimiento público a  Nathalia Britez por qué aunque hayan pasado un montón de años te recuerdo siempre con tanto cariño y te digo GRACIAS por haber alimentado a mi niño, sé que solo un corazón noble como el tuyo pudo hacer semejante acto de amor! Y sé que él te lo agradece desde el cielo! Dios te bendiga!
Yeyni Ortiz

#‎AmberAlheli día 232

viernes, 16 de octubre de 2015

Vencer el cáncer y amamantar con un solo pecho.

Durante el embarazo en los controles me detectaron una pelotitas en el pecho y siguieron haciendo estudios hasta llegar al resultado de cáncer de mama.
 Como el tumor crecía rápido decidieron operarme y esto era una mastectomia total ya que no había otra opción. Todo  fue muy rápido y si bien como toda operación conlleva riesgos sólo que en mi caso mi beba corría peligro. Lo que los médicos en ese momento me decían era que debía pensar en mi salud ya que yo tenía dos hijos más aparte del que venía en camino. Fue una dura decisión que tuvimos que afrontar con mi pareja ya que esperábamos que todo salga bien pero al mismo tiempo sabíamos el riesgo que corría nuestra beba.

Una vez operada gracias a Dios y al apoyo de mi familia amigos y a los médicos pude seguir adelante con mi embarazo. Que llegó a término. Durante este periodo tuve chequeos continuos y apoyo médico constante.

Ya cuando nació mi gordita que por cierto fue por cesárea ya que debido a la operación de la mama no podía hacer fuerza. Tuve complicaciones y si bien mi beba nació bien la que estaba mal era yo así que recién me la dejaron ver al segundo día de nacida. Nunca estuve de acuerdo con eso pero bueno desde mi cama no podía hacer otra cosa.
Los doctores al principio me insistían que era conveniente no darle el pecho a la bebé porque no creían que podría producir suficiente. Insistieron tanto!! hasta me regalaban la leche maternizada.

Pero gracias a Dios encontré una pediatra que en su juventud paso la misma enfermedad que yo y me ánimo a amamantar a demanda a mi beba. Pero como ella estaba acostumbrada a la mamadera me costo muchísimo q ella pudiese succionar bien de mi pecho pero con mucha paciencia y empeño y apoyo de mi pareja y muchas noches y días sin descansar lo logramos y a pesar de mis tratamientos y medicamentos también.

Por último lo que yo les diría a las mamas que pasan por alguna enfermedad y quieren amantar es decirle que es lo mejor q se puede hacer por nuestros hijos. Que nuestro cuerpo es sabio y produce el alimento para nuestros bebes. No les voy a negar que es difícil y cansado pero con esfuerzo y sobretodo apoyo de la familia se puede.
A Matías el varón lo amante hasta los 8 meses porque era joven y pensaba que tenía poca leche y estaba muy desinformada sobre la lactancia exclusiva. Con Mia la segunda de dos años amante 1 año y medio ya que por mi enfermedad no pude continuar ahora a veces toma porque ve a la beba tomar así que se turnan.
Estoy orgullosa porque los tres están muy sanos y también practicamos colecho con las más pequeña y a veces los finde mi hijo mayor también se suma a la cama familiar
A pesar de mis miedos pude amamantarla con el un único pecho que me quedó. Me costo un poco que ella dependa sólo de su chichi pero lo logre y en los controles con su pediatra ya recibí una felicitación ya q mi pequeña esta creciendo súper bien y su peso es ideal para su edad. Las palabras de la pediatra me llenaron el alma y me dieron cierta satisfacción y orgullo porque a pesar de todas las dificultades y sobretodo de esta enfermedad aún puedo amantar a mi beba. Así que sólo animar a las mamas que si yo pude amantar todas pueden y se siente orgullo y felicidad. Besos y gracias por todos sus consejos que siempre me ayudan.


Tengo 32 años y los niños de las fotos son mis hijos.
Daniela Toconas.

jueves, 1 de octubre de 2015

Mi parto luego de una cesárea.

Mi bebé y yo el día de su nacimiento.
Mi historia comienza en el 2012 con el nacimiento de mi primer hijo, quien había sido un milagro de Dios, pues me habían dicho que no podría concebir debido a una enfermedad llamada endometriosis que me hizo perder uno de mis ovarios y parte del otro en el 2005.  Sin embargo Dios tenía un plan para mí, me casé en el 2009 y tanto mi esposo como yo jamás perdimos la esperanza que ocurriera un milagro, sin embargo llegó el punto en que nos “resignamos” y fue cuando salí embarazada, la noticia fue una sorpresa y mi ginecólogo no podía llevarme el control de mi primer embarazo pues había enfermado, así que fui con la ginecóloga que le atendió el embarazo a una prima, desde el principio yo quería parir y le fui clara a la doctora a lo que ella me dijo:  “Bueno ya veremos, si no es un embarazo de riesgo parirás”, todo fue bien con mi embarazo, sin embargo ya cuando tenía 35 semanas le mandó a madurar los pulmones a mi bebé, según ella porque el bebé podía nacer prematuro, yo no entendía muy bien la situación ,pero creí en su palabra, ella sabía lo que hacía, luego me mandó a tomar unas vitaminas para que el bebé fuera más gordo y absorbiera todo mejor, cosa que pensé “Yo no quiero que sea un niño gordo, porque luego ¿cómo podré parirlo?”, así que sólo me tomaba mi hierro, ácido fólico y calcio, pero ya a la semana 36 me dijo:  “Este bebé debe nacer por cesárea, no podrás parirlo, es demasiado grande y tú no tienes pelvis buena para parir”, yo insistí y ella me mandó a hacer una pelvimetría en esa semana, lo cual hice y aún así me dijo que debía ser cesárea, que yo no contaba con buena pelvis para parir, yo me llené de muchísima tristeza, por un lado pensé “Mira el lado positivo, no tendrás dolores de parto” pero por otro pensaba: “No podré vivir esta experiencia que tanto deseo vivir”.
  Llegó la semana 37 de mi embarazo y sentí que botaba un moco blanco así que me asusté pues mi cuñada y mi suegra me dijeron que eso significaba que estaba ya en labor de parto, yo les creí, y mi esposo y yo fuimos a las 10 de la noche a la clínica, el doctor de turno dijo: “Apenas estás comenzando tu trabajo de parto, si quieres yo te lo atiendo pero no me hago responsable”, esas palabras “No me hago responsable” hicieron que mi esposo llamara a la doctora que me había visto el embarazo, quien llegó en seguida, me hizo un “tacto” (sólo introdujo uno solo de sus dedos como para fingir que hacía un tacto) y me dijo:  “Vamos a la cesárea, no estás lista y no tienes pelvis, el niño te reventaría, no podrás lograrlo”, yo le creí ciegamente, me entristecé, así que sucedió la cesarea, para resumir debo decirles que mi vida peligró, perdí mucha sangre (yo soy o R H negativo, un tipo de sangre difícil de conseguir), no sólo eso sino que sufrí depresión post parto, y mi recuperación fue sumamente lenta, sin añadir que fue muy difícil amamantar a mi bebé pues la leche no me bajaba, aunque no me rendí y pude amamantarlo (hasta los 2 años y medio).  Mi primer hijo peso 3 kilos 100 gramos y midió 51 cm.

MI SEGUNDO EMBARAZO.
   Con mi segundo embarazo pensé: “Esta vez será diferente” pero los médicos con los que consultaba me decían que ellos no se arriesgarían a hacerme un parto natural luego de una cesárea, que era sumamente peligroso, que podía abrirse la anterior cicatriz, así que me fui haciendo a la idea de aceptar la segunda cesárea pero les confieso que muy dentro de mi corazón yo deseaba parir a mi segundo hijo pues la cesárea había sido traumática para mí, por otro lado una parte de mí sentía miedo al recordar las palabras de aquella doctora “No tienes pelvis para parir, no podrás, te reventará”. 

EL MOMENTO DE LA VERDAD
  Llegué a la semana 36, me hice el último perinatal para ver cómo estaba el bebé, salía que sus pulmones estaban inmaduros y su intestino también, así que al ir al médico me dijo “Bueno el niño tiene buen peso, hagamos la cesárea para la próxima semana”, yo me alarme y dije: “Pero doctor acá dice que el niño está muy inmaduro, con 37 semanas no se puede, yo averigüé y lo apropiado es 38 semanas más 4 días, ¿por qué quiere hacer la cesárea ya?” a lo que me respondió: “Es que yo debo viajar en tal fecha y no podría atenderte”, mi esposo y yo nos vimos las caras y le dije:  “No tenemos problema en esperarlo, hagamos la cesárea más adelante”, entonces él aceptó, sin embargo yo quedé con la duda si mi bebé estaría bien o no, me sentí tan desesperada que comenté el asunto a varias amigas que hice en esta página de LA CRIANZA CON APEGO ES MI FORMA DE CAMBIAR AL MUNDO, semanas antes había escrito a la moderadora de sentirme sola, pues había tenido una amenaza de aborto en el 5to mes por un accidente en un transporte público y sentía que mis amigas me habían dejado sola por mi manera de criar a mi hijo, entonces varias mamás se hicieron amigas mías y me alentaron, la moderadora (Janeth Ivimas) también estuvo muy pendiente de mí en ese tiempo y gracias a ellas pude desahogarme y comentarles lo que me sucedía, una mamá me dijo “Pide otra opinión médica”, “Vamos, ten ánimo, cambia de médico y busca otra opinión”, esas palabras me animaron y le comenté a Janeth lo que me sucedía, ella buscó sus contactos y logró dar con una doctora en mi ciudad PROPARTO, la doctora HEIDY CORRO, quien trabajaba en conjunto con la doctora ADRIANA HONG, pues mi esposo decidió apoyarme y llamamos, concertamos cita, se les consiguió gracias a Rina Rebolledo.
LA DOCTORA PROPARTO
Era mi semana 37 de embarazo, y fuimos a la cita con la doctora Heidy Corro, la secretaria nos dijo: La doctora no va a recibir tu caso pues ya tiene 37 semanas, le mandé un mensaje a  Janeth la moderadora de esta página diciéndole lo sucedido, estaba a punto de levantarme, triste, había visto fotos de mujeres pariendo en una cartelera y sentía que mi sueño se iba lejos, lloré, entonces Janeth me dice en un mensaje: “No te muevas de allí, háblale con el corazón, explica tu caso”.  Así que insistimos y nos atendió, ella al principio nos regañó, se veía una doctora muy fuerte de carácter, nos preguntó el por qué cambiamos a última hora de médico, yo le explique todo lo antes expuesto y le dije que mi mayor preocupación era mi bebé, no quería que naciera antes de tiempo, ni en la semana que no correspondiera, y le conté toda mi historia, que estaba de acuerdo con la cesárea cuando esta era para salvar vidas, pero yo sentía que podía haber una esperanza pues había oído de mujeres que parieron después de una cesárea, ella siguió regañándonos porque mi esposo y yo habíamos esperados mucho tiempo, mi embarazo estaba ya muy avanzado, así que mi esposo le dijo: “Asumimos toda la responsabilidad, pero ahora necesitamos su opinión para ver si nuestro hijo debe nacer o esperar más a su tiempo para estar maduro, y saber con exactitud si estamos en la semana correcta o no”, la doctora nos vio de otra manera, así como con ternura, notó que no era capricho, sino que estábamos angustiados por nuestro bebé, así que me dijo: Te haré un tacto y si eres de pelvis pequeña de una vez te diré que no pariras, después de una cesarea si se puede parir, hay riesgo que la herida anterior se abra, a mí no me ha sucedido con ninguna de mis anteriores pacientes para ello debo siempre preparar el quirófano en caso de emergencia que se abra la herida, si te arriesgas correrías bajo tu responsabilidad y me tendrías que firmar un papel, así que decidí dejar que me hiciera un tacto a ver si coincidía con la anterior doctora.  Cuando me hizo el tacto me dijo “Que buena pelvis para parir, es bien amplia, de hecho ya se está preparando para el parto, me gusta esta pelvis, podría trabajar bien tu parto”, mi esposo y yo no podíamos creerlo pues habíamos vivido casi 3 años creyendo lo que la anterior doctora nos había dicho, vimos que había sido una mentira, todo estaba programado para que nos hicieran la primera cesárea, esta otra doctora nos estaba abriendo los ojos. 
   “Tienen mucho que pensar, mañana me dicen, y ustedes verán, tendrán que firmarme un papel ya que yo no controlé este embarazo”.  Así fue, le conté emocionada a Janeth y ambas nos alegramos mucho de tener la oportunidad, la semana 38 estuve leyendo para informarme un poco sobre la labor de parto pues no había hecho ningún curso y quedaba de mi cuenta informarme.  A la semana 39 la doctora me vio por 3ra vez y me dijo el 2 de Septiembre de este 2015 “Este parto es para el fin de semana, o quizás para mañana en la tarde, el bebé ya está en 3 kilos casi 200 gramos”, un buen peso y sus pulmones e intestino ya están bien, así que yo me alegre por mi bebé.  

 LABOR DE PARTO
Ese 2 de septiembre de este 2015 llegué a casa sintiéndome mal, muy mal, había tenido dos noches sin dormir bien, y esta vez luego de ir a la doctora me preguntaba por qué me habría dicho que tardaría más tiempo, si yo sentía ya mucha incomodidad, le pedí a mi madre se llevara a mi hijo, pues el niño estaba nervioso viéndome quejar de dolor, mi esposo llegó a casa y llamó a la doctora para decirle que yo sentía mucho dolor, pero como ella me había visto en la mañana me dijo: “Dile que debe controlar el dolor, que si no puede con esto no podrá cuando dilate por el trabajo de parto”, entonces yo decía “Wow, creo que no fui hecha para parir entonces porque este dolor es muy fuerte, no quiero imaginar cuando vaya a parir”, así que llamamos a Janeth, quien contestó muy amablemente a las 7 de la noche más o menos, ella nos dio algunas instrucciones pero cuando mi esposo le dijo que yo no podía estar quieta ella dijo algo que lo hizo pensar: “Si ella no puede estar tranquila creo que ya empezó trabajo de parto por lo que tú me cuentas”, yo seguía mal pero como no sabíamos llevar las contracciones pues no sabíamos si era el momento de ir al hospital, no queríamos que nos sucediera como con el primer niño que fuimos antes de tiempo y nos metieron de una vez al quirófano, entonces le dije a mi esposo:  “amor no aguanto este dolor, la doctora dice que aún esto no es labor de parto así que no podré aguantar, lamentablemente tendrán que hacerme una cesárea pues este dolor es muy fuerte y no podré aguantar esto hasta el fin de semana, creo que fracasé, llévame a la clínica”. Entonces empecé a sentir al bebé mover y mover su cabeza y a empujar, cabe destacar que mi esposo le había dicho a mi bebé una y otra vez “Antes que nos pongan fecha precisa para una cesárea yo te avisaré un día antes para que nazcas y te vengas hijo”, yo me reía pero creo que el niño si había entendido todo bien, ya había oído a la doctora y él decidió venirse antes.  Entonces se intensificó el dolor de la dilatación en mi espalda y vagina, sentía un enorme alivio al agacharme, hasta que sentí que el bebé empujaba más fue cuando grité: EL BEBÉ QUIERE NACER MI AMOR, SACAMEEEEEE, SACAMEEE A LA CLNINICAAAAA, mi esposo como loco llamó un taxi, el cual tardó unos 15 minutos quizás, yo me puse sólo un short y una blusa y chancletas, no me importó salir como una loca, había estado sangrando un poquito, manchaba, entonces le dije al bebé, “Hijo, no estoy en la clínica, yo te aviso al llegar, por favor ayúdame”, se tranquilizó, pero seguía doliendo, llegó el taxi y creí que pariría allí, estuve a punto de quitarme las pantaletas y el short, así que llegamos a las 9: 30 de la noche a la puerta de la clínica, el doctor de guardia me vio y me dijo “Estás en 7 de dilatación, ya se siente la cabeza de tu bebé” yo me emocioné, me pasaron al cuarto de partos, muy hermoso por cierto, la doctora llegó a los 5 minutos o menos, y llegó con una actitud muy hermosa, recuerdo que hizo un brinquito y aplaudió y dijo: “Llegó el momento” y nos sonrió.

   Allí estaba yo, sin poder creer que pariría, pero como era una novata y no sabía NADA, pues gritaba cosa que me corrigió la doctora y pude aprender a llevar la respiración y a controlar mejor el dolor, fue más sencillo así, llegó junto a la doctora Heidy la doctora Adriana, y la doctora Claudia que era la pediatra que estaría pendiente al nacer el bebé.

EL NACIMIENTO

   Me costó coronar porque no sabía pujar de forma larga pero ya al tener al bebé más cerca me pasaron a la bañera junto a mi esposo, yo no había llevado ropa de baño ni mi esposo tampoco, ellas amablemente me hicieron un top para los senos con tela de ropa clínica, y a mi esposo le dieron un pantalón de ropa clínica, entró conmigo en la bañera, y entonces respiré y me concentré en el bebé, antes de entrar le dije: “Bebé ya debes nacer, ayúdame” fue cuando sentí que él tuvo más actividad y empezó a empujar su cabecita, la doctora Heidy y la doctora Adriana me daban ánimo, eran dos ángeles a mi lado, la doctora Claudia también me sonreía y me decía “Tú puedes”, mi esposo estaba conmigo, entonces la doctora Heidy me dijo esto: “Recuerdas que me dijiste que este era tu sueño, no es el mío, es tu sueño, tu viniste por tu sueño, ¡Vamos Lili que este parto es nuestro!” (Dijo así porque ella sabía que yo había investigado en la página www.elpartoesnuestro.es sobre los partos luego de la cesarea) ella me dijo: “Tú si puedes parir”, me llene de fortaleza con esas palabras y dije en mi mente:  “Si, este es mi gran sueño, es mi parto, yo soy tu mamá hijito, mamá puede”, yo puje, al tercer pujo pude concentrarme y hacerlo largo y sentí su manito derecha salir, eso me llenó de alegría, las dotocras me decían asómate y mira lo que hiciste, pero yo no quería aún mirar y desconcentrarme, seguí con el pujo y luego salió todo como un tapón disparado, mi esposo lo atrapó en el agua, ambos no podíamos creer que nuestro sueño se había hecho realidad, recordaba las palabras de Janeth cuando me dijo: “Parir es un momento íntimo, no avisen a nadie que los ponga nerviosos, es como la culminación de haber hecho el amor al traer a ese bebé al mundo”, y entonces no avisamos a nadie que esa noche nos íbamos de emergencia, no avisamos y apagamos celulares, decidimos vivir nuestro momento sin que nadie nos pusiera nerviosos.  Habíamos logrado nuestro sueño. Lo pusieron en mi pecho y mi esposo pudo cortar el cordón umbilical, luego salió la placenta, yo estaba viviendo un momento maravilloso, indescriptible, no puedo describir la inmensa dicha de haber logrado parir a mi hijo, lejos quedaban esas amenazas de “No puedes por esto”, “No puedes por aquello”, la verdad había salido a la luz, si podía y no me había dejado robar mi parto, mi hijo peso 3 kilos 885 gramos, cosa que nos sorprendió pues la pediatra dijo a la doctora Heidy, “Mira Heidy pesó más de lo esperado”, a lo que ella me dijo sonriendo: “Menos mal que no podías parir no?”, había pesado mucho más que mi primer hijo.  Al pasarme a la camilla llamé a mi madre, quien me había apoyado en mi decisión de parir, de hecho nos prestó el dinero a mi esposo y a mí para pagar la clínica pues no contábamos con el dinero en ese momento y gracias a Dios en menos de una semana pudimos pagarle gracias a un dinero que la empresa le dio a mi esposo.

   Hable con Janet, le di la noticia en la madrugada, creo que debo agradecer a todos estos “ángeles” que Dios puso en mi camino, no habrá día que no agradezca a Dios por las doctoras Heidy, Adriana y Claudia, también por Janeth en esto, públicamente te doy las gracias porque fuiste un inmenso apoyo para mí, no hay noche que mi esposo y yo no pidamos a Dios por tu vida y para que te siga usando ayudando a otras mujeres, eres un instrumento de Dios, así que te animo a que sigas adelante con tu página, gracias a ti también hice buenas amigas en esta página que me dieron apoyo emocional cuando más sola me sentí.

  Finalmente quiero decir que en mi país Venezuela no hay una cultura de parto, que hay médicos que por querer cobrar más de una vez engañan como pasó conmigo, por eso  deben indagar bien y buscar una opinión profesional, hay pocas clínicas que respetan el parto natural, pero si las hay.  Y a las que han tenido cesare ay quieren parir les digo que si se puede.  NO HAY NADA IMPOSIBLE PARA DIOS, agradezco a Dios por darme la fe y las personas que puso en mi camino para traer a mi hijo por un parto respetado.  Sé cuándo sufre una mujer con una cesárea y cuando sufre pariendo, ambas experiencias las llevo en mi corazón y objetivamente puedo decir que mejor es parir si la vida de la madre y la del bebé no peligran, amo a mis dos hijos por igual, pero de haber tenido suficiente información no me habría dejado robar mi primer parto por esa doctora.  Sin embargo puedo decir que en ambas experiencias tuve la inmensa dicha de ser recompensada con mis niños, y cualquier sacrificio es poco para ver el inmenso regalo de la mirada tierna de tu hijo.

Lili Fagundez.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Sigue tu instinto.

Muchas veces las familias son blanco de las constantes críticas de parte del entorno, incluso personal médico, vecinos y hasta el panadero.
Es cansado, muy cansado que de repente todo el mundo se crea con el derecho de opinar (incluso de manera despectiva) sobre nuestro modo de criar, educar y alimentar a nuestros hijos/as.
No lo hacen por mal, lo hacen desde lo que saben y desde sus creencias y convicciones.
¿Qué hacer?
Hay dos maneras (que yo sepa).
Una es asentir para no engancharse y hacer lo que se quiere o desea.
Otra es intentar explicar a ver si les queda algo, esto no siempre es bueno porque se termina casi siempre en disgustos y en yo crié 5, 6 9,y allí están (pero no se dan cuenta como están por lo menos emocionalmente hablando) entonces hay que poner sanos límites a los adultos, si no, no te dejarán criar y educar en paz, es mentira que por ya haber criado saben más, justo por haber criado deben dejar que las madres recientes se descubran en la maternidad y apoyar, no interferir, menos violentando lo que las madres desean hacer en pro del bienestar de sus hijos.

Janeth Ivimas.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Senos congestionados.

Verificar si los niños/as están tomando más teta, sea de día o de noche, probablemente hay una mayor succión que no has notado y por eso se te están llenando más los senos. 
Para la inflamación prueba lo siguiente: compra un repollo/col lo metes en la nevera, te pones dos veces al día, hojas en los senos hasta que estén marchitos/mustios, esto te ayudará a bajar la inflamación. 
Debajo de la ducha, te pasas de manera suave un cepillo desde la base del seno hacia abajo sin tocar el pezón. 
Si los niños/as quieren, te pones en la cama en "4 puntos", ellos/as debajo de ti y le das teta, la gravedad te ayudará a vaciar bien los conductos. 
Cada tanto cambia la posición al dar teta para que vacíes bien todos los conductos, la posición de la foto adjunta, ayuda mucho.

jueves, 27 de agosto de 2015

Hermanos mayores

Involucra al hermano "mayor" en los cuidados del bebé, por ejemplo pide su ayuda al momento del cambio de pañal, que te pase la crema, o la hora del baño que te pase las cosas, etc..... y así. Si amamantas al bebé, mientras lo haces abraza al hermanito.
Habla mucho, mucho con él, de la manera más sencilla y natural, que el bebé es su hermano, que más adelante jugarán juntos, etc....... Inventa historias de hermanitos y así........ Enséñale fotos de cuando era bebé para que vaya entendiendo de a poco y con mucha paciencia y dosis extras de amor!!!!!
Janeth Ivimas

Ya te dijeron casi todo, sólo debes entender que no es maldad sino celos del hermano mayor hacia el bebé y no sabe como controlarlos por eso se comporta de esa manera, como ya te dijeron habla con él y hazlo partícipe de las actividades del bebé y trata de darle un tiempo a solas para que no se sienta desplazado,ánimo mami un abrazo.
Bren RM

No lo dejes sólo con el bebé es demasiada responsabilidad y tentación para el, y permitele participar de pequeñas partes de los cuidados del bebé. Cuando el bebé duerme dale tiempo al mayor.
Nati Cast



martes, 11 de agosto de 2015

Mi vida sin mis hijos.

Hoy me he despertado sobresaltado a las cinco menos diez.
He visto medio en sombras las siluetas de mis hijos cada uno en su cama. Pero al ir a tocarlos, me he dado cuenta que no estaban, que sólo eran sus colchas, con las que se empiezan a tapar este mes de agosto por las noches, cuando parece "refrescar" (si, mis hijos son frioleros, jajajaja).
Creía que estaban conmigo esta noche, pero no, estaban pasando su último día en casa de su madre.
Me levanté de la cama y vi el resto de la casa. Sin ellos.
Y me di cuenta de lo poco que he aprovechado el tiempo cuando ellos no han estado.
Me he dado cuenta que he dejado de cocinar "solo para mi".
Me he dado cuenta que apenas he limpiado nuestra casa durante todos estos días.
Me he dado cuenta de que me he limitado a ver pasar el tiempo mientras llegaba la hora y el día de volver a recogerles.
Me he dado cuenta que no soy capaz de vivir sin ellos.
Me he dado cuenta que mi vida tiene poco sentido sino va encaminada por y hacia ellos.
No me malinterpretéis. Me alegro que estén con su madre. Después de un montón de años de hacer las cosas rematadamente mal, me alegro que por lo menos no sigamos mirando hacia atrás y regodeándonos en el rencor y en la frustración de épocas pasadas, y que mis hijos puedan disfrutar de su madre de una manera "normal" (todo lo normal que los hijos pueden vivir la relación con sus padres cuando éstos están separados).
Pero me he dado cuenta de que pese a todo lo que me quejo, pese al trabajo que supone criar a dos hijos en circunstancias un tanto especiales, no sólo merece la pena y mucho el intentar acompañarles en sus vidas las 24h del día, sino que llega a convertirse en el "leit motiv" de mi vida, hasta tal punto que no se "vivir sin mis hijos".....
Añoro pasar más tiempo a solas y dedicarme de vez en cuando a mi mismo.
Añoro no tener una pareja a mi lado con la que compartir algo más que conversaciones y temas sobre niños.
Pero también añoro todo el tiempo, cada segundo, que no paso con mis hijos, porque he dejado de saber en que invertir mi tiempo cuando ellos no están.
Por suerte, quedan pocas horas para recogerles y poder irnos de vacaciones.
Y ver amanecer y empezar cada nuevo día, intentando olvidar el anterior y siguiendo buscando la manera de convertir ese nuevo día en el día más especial de sus vidas.
Me encanta cuando sin preguntarles, mi hijo me dice al final del día, "hoy me lo he pasado genial". Me llena de orgullo y satisfacción.
Eso es ahora mismo lo que echo de menos.

El poder decir yo también "hoy me lo he pasado genial".......
Victor, padre de dos soles.

viernes, 7 de agosto de 2015

Mi hija, mis dos teta y yo


Típico de madre soltera es insistir de forma enfermiza en enseñarle a decir primero “mamá” que “papá”. Y no, las cosas no siempre salen como se  planea.

 Una noche, al llegar del trabajo a buscar en casa de mi hermana a mi bebé, ya de nueve meses, se me lanzó en los brazos rebosante de alegría al verme. Me disponía a meterme en el cuarto para darle de mamar y reconectarnos en ese momento hermoso, pero me distraje hablando con mi hermana y su familia. Varias veces saqué la mano de mi hija, intrusa e impertinente, de mi blusa, y ella me miraba expectante, ustedes saben, con esos ojitos que ponen cuando están a punto de llenarse la boca de pezón. Así pasaron varios minutos hasta que, en un ataque de desesperación, colgada de las solapas de mi uniforme, me gritó con toda su fuerza: “TEEETAAA”. ESA fue su primera palabra y no la repitió, ni dijo otra, hasta unos meses después.

Ya son cuatro años amamantando. Hemos pasado por muchas etapas y hemos vivido momentos maravillosos, momentos desesperantes en los que yo he querido tirar la toalla y momentos escandalosamente hilarantes que les relataré en los próximos párrafos.

Al principio fui duramente criticada por no querer dar un tetero. Tanto fue así que me dediqué a investigar hasta alcanzar el nivel “obsesión”. A las tres semanas de nacida, dejé de dar teta y a las seis semanas relacté como lo hacen las madres adoptivas. Fui defensora de lactancia, luego dejé de defenderla (porque en realidad dejé de percibir las críticas como un ataque) y, finalmente, pasé a ser promotora de lactancia, dando apoyo a quienes desean más información.

A los cuatro meses fui diagnosticada de una depresión severa, por lo que se me recomendó destetar para que tomara antidepresivos. Nunca volví al consultorio porque me había costado muchísimo recuperar la lactancia, como para perderla por antidepresivos. Y luego aprendí del psiquiatra mexicano Esteban Braham, que la lactancia es el mejor antidepresivo que existe, así que tomé una excelente decisión, pero por pura rebeldía.

Un día me imaginé como la última mohicana que lactaba, luego descubrí que era una más de un montón que hacía lo mismo que yo.

Al principio me daba pena mostrar la teta, tanto que tapaba la teta y a la niña con un pañal de tela que iba desde el hombro hasta la barriga, haciendo que la pobre transpirara a mares allí escondida. Luego empezó la lucha  de mi hija por quitarse el trapo de encima por lo que, más de una vez, quedó todo al descubierto y yo roja de vergüenza. Un día tuve piedad de la pobre que parecía que salía de un sauna cuando terminaba de mamar y empecé a taparme solo el seno, dejando libre apenas el pezón que pudorosamente mi hija cubría con su boquita.

A los dos años ya había perdido toda vergüenza y sacaba la teta libremente en cualquier lugar cada vez que mi hija lo requiriera, al punto de llegar a quedarme dormida sobre un sofá en una librería en la que trabajaba. Cuando ella terminó de mamar, se bajó de mi regazo y se fue a jugar con los libros, por lo que fui fotografiada dormida, con la boca abierta y una gran teta talla 38B a la vista del público. “Estuviste como cuarenta y cinco minutos durmiendo”, fue lo que contaron mis vecinos de tienda, quienes no tuvieron el valor de despertarme, pero sí de mostrarle a medio mundo la foto del cuerpo inerte sobre el sofá con la teta al aire.

Una vez, caminando por la calle y dando teta a la vez, me resbalé con un charco. Hice mil peripecias y un triple salto mortal con tirabuzón hacia atrás con el fin de no caerle encima a mi hija, largué el bolso de los juguetes, la carpeta llena de papeles, la cartera súper-pesada, mostré las pantaletas, me hice un morado en la rodilla derecha y un esguince en el tobillo izquierdo. Todo en dos segundos. La caída y peripecias le resultaron graciosas a ella, quien soltó la teta y empezó a gritar emocionada. La escena de la mujer espaturrada en el suelo, con los peroles regados en el piso, sin poderse levantar por el dolor en la ingle, en la rodilla y en el tobillo, con una niña en brazos muerta de la risa y una teta libre, será recordada por los cientos de transeúntes que andaban por esa calle, en pleno centro de la ciudad.

También pasamos juntas la etapa de los mordiscos, manotones, pellizquitos y hasta los momentos cuando, mientras mamaba en una teta, con la mano agarraba mi otro pezón, como si estuviese sintonizando una emisora imaginaria. Recuerdo que una vez se me lanzó con tanta desesperación sobre el pecho, que rebotó como un balón y cayó dos pasos más allá de la cama.

Recuerdo que entre el año y el año y medio, mi hija no desaprovechaba cualquier ocasión de  verme sentada, acostada, ni bañándome o cambiándome la blusa, o cualquier situación que le recordara que yo producía leche, porque enseguida hacía las gestiones para hacerme entender que quería mamar. Era insufrible, mamaba trescientas veces al día, en oportunidades por chupitos, toda la santa noche y, a pesar de que practicábamos colecho, yo dormía fatal, así que mis días eran increíblemente pesados debido al cansancio que terminaba por empañarme la ya escasa inteligencia emocional y unas ojeras eran tan grandes y oscuras que podía usarlas como sostén.

Escribí, llamé, texteé, aparecí cual Droopy mil veces ante Janeth Ivimas, mi consejera de lactancia, rogando que terminara el suplicio, que no soportaba, que odiaba dar teta. Admiro la paciencia de Janeth, que en montones de ocasiones, me daba ánimos para continuar. Y hoy se lo agradezco infinitamente. Fueron apenas pocos meses, comparados con años llenos de hermosos momentos. No me arrepiento de haber seguido sus consejos.

Una noche, desperté porque sentí una incómoda revisión de mis glúteos. Era mi bebé, que pasando dormida sobre mí, se los encontró accidentalmente. Di un manotazo instintivo de protección de mi intimidad y le dije: “¿Qué haces allí?”, a lo que aún dormida, afincando el rostro entre las nalgas, buscando un pezón perdido, me respondió: “teta, mamá, teta”. Reí por semanas.

Recuerdo que mi hija se salvó de una deshidratación severa producida por la diarrea, la fiebre y los vómitos causados por un parásito, debido a que se pasó todos esos días pegada a la teta casi las 24 horas continuas (con breves pausas para que yo pudiese ir al baño o para diligencias furtivas a la cocina). Un milagro del que se maravillaron los médicos. No hizo falta pedialyte ni suero oral.

Mis dos tetas pasaron a ser nuestra medicina para todo, para detener pataletas, para calmar la picazón de las picadas o de las heridas de la lechina, para aliviar calorones y sed, para curar conjuntivitis, pañalitis, forúnculos, brasas, aburrimientos, para dormir más rápido, para conversar, para pedir perdón, para dolores de garganta, para malestares estomacales, para relajarnos… y la lista de usos afines sigue, infinita.


Hoy ya no pide teta ni me acepta las insinuaciones de mamar. Tiene una salud resistente y mantenemos protegida nuestra relación de amigas y confidentes. A veces extraño dar teta y a veces siento que, como dice Janeth, ha terminado satisfactoriamente una etapa amorosa entre mi hija, mis dos tetas y yo.
Louisana Panagua.

miércoles, 5 de agosto de 2015

El vernix del bebé.

Vas a tener a tu bebé pronto?...
Recuerda esto:
Pide que no bañen a tu bebé inmediatamente después de nacer, no tiene ningún sentido hacer esto, de preferencia que pasen mínimo 24 horas para su primer aseo.
Los bebés no aprenden a regular su temperatura hasta pasadas las primeras 24 horas de vida, y el baño inmediato interfiere con esta regulación. En los hospitales, por esta razón los tienen que colocar después en una incubadora (que tampoco tiene sentido pues su efecto regulador tarda horas) y entonces se interfiere con el vínculo mamá-bebé que debe empezar a efectuarse desde los primeros instantes.
De hecho, la naturaleza tiene contemplado que durante las primeras horas de vida, la madre sea la "incubadora" y mediante el contacto piel con piel (tanto en el momento del nacimiento, como ya en la habitación) recupere y estabilice la temperatura del bebé. (El vínculo se lleva a cabo mientras la temperatura se regula!!)
Además los bebés nacen con el <vernix caseoso> en su piel, esa sustancia blanquecina gelatinosa/grasosa que generalmente se puede apreciar en su cuerpo tras el nacimiento, y es producido durante el tercer trimestre. Y no tiene sentido retirar el vernix con el baño!!
El vernix caseoso, antes del nacimiento cumple las siguientes funciones:
* Proporciona una barrera temporal para la piel ante el ambiente húmedo en el que el bebé vive mientras está en el útero
* Facilita la formación de la piel en el útero
* Protege al feto contra corioamnionitis aguda o subaguda (la inflamación de las membranas fetales debido a una infección bacteriana)
PERO UNA VEZ QUE TU BEBÉ NACE, EL VERNIX TAMBIÉN:
* Tiene propiedades antioxidantes, de limpieza de la piel, de regulación de temperatura y antibacterianas (de hecho hay importantes estudios que demuestran que el vernix al igual que el líquido amniótico, contiene diversos elementos inmunológicos que defienden contra infecciones bacterianas)
* Es hidratante y tienes propiedades calmantes para la piel, la cual esta siendo expuesta al aire por primera vez.
El vérnix se reabsorberá espontáneamente y pasadas 24 horas (individualizando el caso) se podrán empezar a realizar aseos con esponja.
Pídele a tu pediatra que no se bañe a tu bebé de inmediato y seguramente accederá, al igual que el hospital.
Dr. Gallegos.

martes, 21 de julio de 2015

Primera gran solución: "el colecho".

Además buenas noticias: como decía algún comentario que leí, no eres la primera ni de las pocas excepciones, puedo agregar que es al contrario, es muy natural; por tanto a ponerte las pilas y bienvenida al mundo de las madres adultas que quieren pasar vida a sus hijos comprendiendo que "ellos son los niños y nosotros los adultos y no esperan que sea al contrario y que ellos "respeten" (yo diría toleren) como si fueran adultos los tiempos de los padres/niños que necesitan atención y espacio.
Hay muchísimos motivos por los cuales los bebés pasan por esta etapa de despertarse, algunos de estos ya te los mencionaron alguna mamis, aquí los vuelvo a resaltar y añado algunos más que podrías tomar en cuenta:
1. Hay una edad en la que ya se debe dar dieta complementaria, ojo: complementaria, no suplementaria, significa que en la etapa antes del primer año, aún debe ir primero la leche materna y no solo por motivos altamente nutritivos físicamente, también por motivos nutritivos emocionalmente; pero luego de sus tetadas y en las horas en las que la familia comparte o el bebé "desee" se le comienzan a dar otros alimentos de la forma más natural posible, en el manual de lactancia de la Liga Internacional de la Leche, encontrarás muy buenos consejos al respecto de como ir introduciendo a tu pequeña al mundo de los alimentos. En otras palabras su sistema digestivo ya puede recibir otros alimentos inteligentemente administrados y escogidos.
2. Depende del lugar donde vives, puede tener frío o calor, si es muy cálido el contacto con tu cuerpo puede ser extremo, por tanto no la abrigues mucho si ella goza de este contacto tan saludable para su crecimiento y viceversa, si hace mucho frío, pues es posible que sienta frío también y necesite más tu cercanía.
3. A medida que el bebé crezca la demanda de leche materna es mayor, y sabiendo que cuando más chupa más producimos, pues es lógico que esté prendida del pecho, y mejor que sea en horas de la noche ya que hay estudios que comprobaron que la leche materna nocturna es la mejor para el desarrollo del Sistema Nervioso (y por tanto del cerebro), por tanto si tu bebé es de las que mama toda la noche que es muy común, no lo veas como una desventaja, al contrario, agradece poder proporcionársela y como te dije al principio, ve acostumbrándote y disfrútala a tu lado que a medida que crezca cada vez se irá alejando más y un día por supuesto que hará su vida, esos primeros años son muy preciosos para gozar de ser madres, créeme mis hijos ya tienen 23 y 20 años y al ver lo independientes que son me doy cuenta que el vuelo lo alzaron cuando les di toda la seguridad y calor que necesitaban de mis brazos como madre en esos momentos del colecho...
4. Los bebés avisan, es una forma de hablarnos y comunicarnos algo, tal vez tiene un poco de fiebre, le duele la barriguita, o la garganta, en este caso la leche materna le calma cualquier dolor, si es de barriguita dale masajes en su panza y muchos mimos. En el peor de los casos, y si no encuentras otros motivos tomemos en cuenta que los bebés son muy intuitivos y tienen una conexión muy grande con nosotros, tal vez te sienta poco convencida del colecho y es su forma de expresarlo, ella lo hace por ti, esto también sucede a veces. Pueden existir otros muchos motivos más, acá te escribo los comunes en mi experiencia, como también pueda que no haya motivo alguno y sea solo ansiedad materna o paterna que ellos sienten. En otras palabras no buscar el porqué en el bebé, buscar el porqué en nosotros mismos...

5. Por último, lo que describes es común, por tanto, tal vez sea mucho rebuscar alguna explicación a esa conducta...como ya escribí anteriormente a acostumbrarse y aún más, a disfrutarlo....recuerdo que mis bebés aprendieron a dar vueltas de dormidos, si tenían calor a pesar de tener poca ropita o ninguna a veces, daban vueltas hacia su cunita y si tenían hambre en cualquier momento los sentía llegar a mi pecho, y muchas veces quedarse allí toda la noche, otras veces si sentían algún movimiento recordaban su reflejo de succión primitivo y comenzaban a mamar de nuevo, aprenderás a darte cuenta cuando maman de verdad y cuando es solo por programación mental, entonces puedes colocarles el dedo meñique por un lado de la boquita, entre sus labios y el pezón y soltarán al solo contacto durmiendo plácidamente y sin reclamar de nuevo el pecho....dormir con un ojo abierto y el otro cerrado era común, cuanto amor sientes a cada momento y que plenitud al darte cuenta que puedes darles toda la protección y seguridad que requieren sentir para impulsarlos a la vida...es tan poco el tiempo en el que podemos disfrutarlos así....
Cynthia Ximena León, madre de dos hijos de 20 y 23 años.

jueves, 25 de junio de 2015

Es mi hijo, es mi crianza.

Hola a todos! como muchos se darán cuenta.. durante el embarazo me la pasé leyendo sobre crianza, y desde que nació Tahiel tambien. Y con Daniel nos basamos en una crianza con apego y RESPETUOSA, no solo es para que mi hijo el día de mañana sea de tal o cual manera, solamente lo tratamos con respeto y punto. Estamos confiados que si recibe amor, lo unico que el va a dar es amor. Siempre con límites obviamente, pero espero nunca sobrepasarme y tener que maltratar a mi hijo, ni siquiera un chirlo en el pañal, porque eso NO es respetuoso. Confio en la educación sin violencia.
Una de las cosas que hacemos tambien es respetar el momento de la COMIDA, el sigue con su alimento principal que es la teta hasta el año y complementa con comida, como aca en mi facebook hay mucha gente con la que podria llegar a compartir comidas, almuerzos, cenas.. pido por favor encarecidamente que nunca le den algo en la boca a Tahiel, simplemente asi, el come solo. El prueba, conoce, toca, y experimenta.
Asi como tambien duerme con nosotros, porteamos (ahora no por problemas de salud mios) y tampoco queremos usar andador, entre otros ejemplos.. No quiero ofender a nadie, pero si tratan de meterse en mi crianza lo menos posible, mantenemos la paz y nada mejor que eso. No quiero decir que no acepte consejos, los acepto y los tomo si me sirven y se que son con la mejor intención. Porque cada uno crió a sus hijos y los felicito si salieron bien, pero este es MI hijo, y mi crianza. Ahora me iran a criticar, pero cuando sea mas grande seguramente me van a felicitar.. confiamos en eso. Gracias a los que lean y gracias por respetarnos los queremos
 Camila, mamá de la Tribu.




martes, 23 de junio de 2015

Etiquetas...

"Sos fría como tu padre" uff todo el tiempo me lo han dicho y como dicen las etiquetas predisponen y sí, soy fria o por lo menos acepté ese rol. A casi todo intento restarle importancia, si te veo llorar no siempre se como actuar o respondo con chistes. Cuando me cuentan cosas tristes que "deberían" hacer llorar,simplemente no me salen las lágrimas. "Sos fria como tu padre" frase de mi mamá desde que tengo memoria.... Ahora soy mamá e intentar entender a mi hija hizo que me autoanalizara. Qué curioso lo que descubrí! Cada vez que de pequeña me lastimaba, mi papá me abrazaba. Mi mamá me decía "no es nada". Cada vez que estaba triste, mi papá (como le salia porque es verdad es reservado),me preguntaba qué me pasaba. Mi mamá me decia "otra vez llorando!" Cuando falle en aquel examen tan importante, mi mamá me respondió "no estudiaste?" Mientras mi papá me abrazaba y lloraba conmigo y me decía "el próximo año lo vuelves a intentar". Cuando me mandaba mis travesuras, les juro que mas me dolía la mirada desencantada de mi papá que los golpes de mi mamá. Cuando les tocaba retarme, uno me gritaba y me pegaba, el otro me castigaba prohibiendome algo que me gustara, pero siempre volvía a pedirme perdón y a explicarme qué había hecho mal. Tengo que decirles quien era quien? Con esto quiero mostrarles en carne propia, las consecuencias del "chirlo a tiempo" y de las palabras amorosas que educan. Hoy soy fría, no sé responder con empatía y mi mamá es quien mas requiere mi afecto, qué paradoja! pero logré descubrirme para mejorar y no equivocarme con mis hijos. Lo que no debe faltar: El perdón. Adoro a mi mamá a pesar de. Ella tambien vivió una infancia que la marcó de adulta, no soy quien para exigirle nada. Justamente entiendo que su pedido de afecto provenga de la falta que tuvo en su niñez. Se dan cuenta?
Aclaro q no se psicologia y nunca hice terapia.
Anónimo.

domingo, 21 de junio de 2015

Reflexiones de un Papá... un día cualquiera!



Existe un antiguo mito sobre la paternidad que defiende la necesidad de todo padre, o figura masculina (y aveces también femenina), de ser severo en la crianza de sus hijos para poder ser un ejemplo, una verdadera autoridad y alguien a quien se le debe respetar… “porque sí”.
De hecho muchos de nosotros crecimos teniendo un padre que al que no podíamos, por ejemplo, contarle un chiste o tomarle el pelo, sin el terrible riesgo de ser “disciplinados” por medio del castigo o en algunos casos de un terrible grito que nos hacía recordar ese precepto de que “a los adultos se les respeta… y punto”.
Algunos de nosotros tampoco recibimos nunca (o sucedió muy pocas veces) un abrazo, un te quiero, un te amo, o tan siquiera una mirada tierna de aprobación (sonrisa incluida) de parte de la figura masculina con la que crecimos. Y a veces, ni siquiera de parte de nuestra madre…
Sí, es cierto… algunos crecimos sin muestras de afecto.
¿Y es que acaso esos papás y mamás eran malvados? ¿Nos odiaban? ¿Eran nuestros enemigos? Algunos me insistirán de que en su caso, sí, esto era lo que sucedía. Otros me dirán que por supuesto que no. Y otros, sencillamente me dirán: “No sé, dímelo tú!”.
Pues les cuento que la mayoría de estos padres (Me encantaría poder decir que todos, pero tengo que ser honesto) desconectados emocionalmente y severos en la forma de criar y educar, sencillamente creían con todo su corazón que esa era la mejor forma de dar amor…
Sí, de dar amor.
Antes de juzgarles, debemos comprender que, a diferencia de muchos de nosotros, la mayoría de ellos contaba con herramientas limitadas, con muchísima menos información y además con el apoyo y aprobación de una sociedad conductista y “adultista”, donde a los niños se les veía más como un producto, que como a un ser humano con derechos y necesidades reales (lamento tener que reconocer que lo de la sociedad no ha cambiado mucho en ese sentido, en la actualidad).
Es justo reconocer que la mayoría de estos padres lo único que pretendía hacer (De la manera en que sabían) era tratar de instaurar valores, principios y educación. No estaban pensando en hacer daño por hacerlo, sino que creían y estaban convencidos de que lo que hacían, lo hacían “por nuestro propio bien” (citando a la psicoanalista Alice Miler).
Hoy día sabemos lo dañino que es para cualquier SER, el castigo, especialmente el físico, para la salud mental, emocional y hasta para el desarrollo del cuerpo y de las habilidades.
Sabemos lo destructivo que es criar y educar en base al chantaje, la manipulación y el maltrato.
De hecho, muchos de nosotros, a pesar de ser (O creer ser) hoy “personas de bien”, y de atribuírselo a la forma severa y a veces demasiado estricta y abusiva en que fuimos criados y educados, sabemos (Muchas veces de forma inconsciente) que en el fondo guardamos una terrible carga de rencor y violencia, que justamente tiene su origen en la forma en que nos trataron en nuestros primeros años de vida.
Algunos, hoy, seguimos teniendo relaciones basadas en el chantaje, la manipulación, y a veces, hasta en la violencia, porque muy en el fondo quedamos convencidos de que esa es la única y mejor forma de expresar el amor. Y a veces, hasta llegamos a creer, desde el fondo de nuestros corazones, que MERECEMOS ser tratados así.
Y entonces, ¿Qué hacemos con todo esto? ¿Nos dedicamos a culpar a esos padres severos y a veces, maltratadores con los que crecimos? ¿Nos quedamos estancados en el rencor, la culpa y el remordimiento? O peor aún… ¿Nos dedicamos a defender y justificar la disciplina severa y el castigo físico a los niños y seguimos repitiendo los patrones de violencia que no hacen sino engendrar más violencia? ¿Nos hacemos como que la cosa no es con nosotros y seguimos permitiendo que a los niños se les eduque y se les crie como si se tratara de seres inferiores, incompletos y para quienes los derechos humanos no tienen ninguna validez?
Pues, personalmente creo que por donde quiera que se le mire, la desconexión emocional, la disciplina severa (De hecho, tengan cuidado con el término disciplina, ya que existen una especie de “disciplina rosa”, que no es más que una especie de autoritarismo y conductismo light) y los castigos físicos no tienen cabida en la crianza de nuestros niños, y de hecho en ningún tipo de relación afectiva.
Creo que tenemos ya demasiada violencia en el mundo, como para seguir sembrando más de lo mismo.
La nueva masculinidad, la nueva paternidad, la nueva maternidad, la humanización, la crianza amorosa, la comunicación efectiva, el respeto a los niños han dejado de ser una cuestión electiva, para convertirse en una verdadera URGENCIA colectiva.
De la misma manera en que no es válido, ni éticamente justificable la manipulación, el chantaje y el maltrato en ninguna relación afectiva entre adultos; en la relación afectiva y la construcción de los cimientos morales, éticos y afectivos de los futuros protagonistas de nuestra sociedad, LOS NIÑOS, no tiene cabida ninguna de estas formas destructivas de “formar”, o si bien vale decirlo “deformar y destruir” sus personalidades y su esencia.
Pregúntense, Papá y Mamá, con la mano puesta en el corazón, si desean ser recordados con miedo o con admiración.
Pregúntense si desean ser un modelo a seguir o un modelo a temer.
Pregúntense si desean formar seres obedientes que no cuestionen nada ni a nadie; o si desean dejar al mundo seres libres, con pensamiento propio, capaces de soportar y superar cualquier intento de chantaje, manipulación o alienación de parte de quien sea.
Comiencen, dando el primer paso, que es el perdón. Y perdonen, de una vez por todas, a esos seres que, muchas veces por desconocimiento, lo hicieron de una forma diferente (A veces terriblemente diferente), pero que en el fondo, pensaban que lo que hacían, era lo mejor y único que podían hacer (valga acá la redundancia).
Para poder construir ese mundo que tanto soñamos, hay que abonar primero la tierra donde estamos sembrando las nuevas semillas. Y la mejor forma de abonarla y sanarla es con el perdón. 

Mark Twain dijo una vez: "El Perdón es la fragancia que derrama la violeta en el talón que la aplastó”, y esto se pudiera adaptar a "El Perdón es la fragancia que derrama un hijo sobre su linaje masculino y femenino, hayan hecho lo que hayan hecho”.
Fácil no siempre será, pero ¿Qué tan comprometidos estamos con la construcción de un Mundo nuevo?
Y por cierto, Papás y Mamás que me leen… Feliz día del padre.

Amen, amen, amen a los demás, sin condiciones, sin exigir nada a cambio. Y a partir de hoy, que este se convierta en su principal nuevo hábito de vida.


Por Elvis Canino

martes, 16 de junio de 2015

Los niños merecen respeto.

Es increíblemente triste ver en el ciber mundo (sin hablar de la gente de afuera) como comparten "artículos" de páginas supuestamente dedicadas al cuidado infantil, donde siempre quienes salen mal parados son los niños.

Ojalá llegue el día donde los niños sean vistos como lo que son:
Seres humanos a quienes debemos respeto, cuidados y atención.
Esos "artículos" donde tildan a los niños de "mal criados" no hacen sino daño, daño a quien lo publica, daño a quien lo lee y se lo cree, daño al niño que será victima de tan viles "consejos". 

Por último y con el corazón en la mano y antes de publicar semejantes notas, debes preguntarte: 

¿Eres malcriado?
¿Tu parte emocional está equilibrada?

¿Qué herencia emocional queremos dejar a nuestros niños?
Con la mano en el corazón es más fácil encontrar respuestas verdaderas y no cargadas de falsos mitos que tanto daño han hecho a otras generaciones, estamos a tiempo.

Janeth Ivimas.



Adulta Malcriadísima.

lunes, 8 de junio de 2015

Inicio alimentación complementaria.



Alimentación complementaria.

Como su nombre lo indica es COMPLEMENTO de tu leche materna o fórmula, no sustituye, es una etapa de aprendizaje, oler, tirar y jugar, para los niños todo es juego y alegría!!!!!!


Un niño gordo por comer en exceso NO es niño sano, si le ves que juega, ríe y hace lo normal de un bebé y es delgadito/a quiere decir que está bien.

Alimentación complementaria (favor recordar que es sólo una guía, al final, ustedes deciden)
las carnes, mejor empezar más tarde y la leche de vaca no es aconsejable, sobre todo por la cantidad de NO BENEFICIOS que tiene,  igual como ya indiqué cada quien decide.

De ser posible, mantener a los bebés alejados de las chucherías, azúcar y similares por lo menos hasta los dos años de edad para que su paladar se acostumbre a los alimentos sanos, despues de los dos años se puede dar galletas y helado de vez en cuando. Pepitos, Doritos, caramelos, chupetas y similares llevan una alta carga de azúcar y aditivos químicos que su cuerpo no sabe procesar adecuadamente. Las chucherías siempre con mesura, los niños no van a extrañar lo que no conocen, mejor darles frutas :)

6 meses: Zanahoria, auyama, pera, manzana, cambur, lechoza, arroz, avena, papas, cebolla, apio, mango, plátano, melón, zanahoria

8 meses: guisantes, no enlatados, el de las vainitas (vigilar de cerca para prevenir atragantamiento), bròcoli, coliflor, mazorca (maíz)

A partir de los 9 meses: frijol, lentejas, pan, pasta, arepita, arroz, ciruela

10 meses: espinaca, acelga, chayota, caraotas, granos en general

1 año de edad: lechuga, tomate, coliflor, brócoli, durazno,  remolacha, aguacate, cítricos(fresas, naranja, mandarinas, ect), huevos, pescado, queso, miel, integrar a la mesa familiar con comida sana.
(vigilar de cerca para prevenir atragantamiento mientras están pequeños por favor)

Mariscos: esperar que cumpla los 3 años de edad
Las nueces, el maní y similares no son apropiadas para niños menores de 3 años para prevenir posibles alergias y riesgo de atragantamiento
Recordar que que la alimentación complementaria como su nombre lo indica es complemento, no sustituto de la lactancia materna. De la paciencia que tengamos en esta etapa, los niños aprenden a comer con calma, tranquilidad y gusto.
Enlace interesante:  Niños que no comen
Video del Pediatra Carlos González 
Sobre los cereales "infantiles"
Higiene dental en bebés